“Hice un pacto con Jésús y le dije: Jesús yo hago Coaching. Vos hacé milagros”

Claudia Lalloz

El coaching requiere de humildad

 Suele haber una creencia generalizada que los coaches logramos todo aquello que nos proponemos y que hacemos que nuestros clientes tambien lo consigan.

Creer eso es – desde mi perspectiva- aboslutamente falso.

Porque sería creernos hombres y mujeres todopoderosos que siempre vamos a poder con todo y contra todos.

Honestamente, mi mirada del Coaching profesional es mucho más humilde y realista y , en algunos casos, cuando no existe una formación adecuada y una preparacion permantente, aparece el fracaso.

Elijo un coaching realista, consciente, humano y humilde que implica que tanto coaches como clientes ( o coaches/ coacheados) seamos conscientes de que existen límites para alcanzar algunas cosas, y grandes desafios para atravesarlos.

La conciencia de lo que sí se puede y lo que no, nos permite preparanos con tiempo y no pretender milagros “ al dia siguiente”.

Así como un fruto no nace de un día para otro, los resultados esperados tampoco. Creo en el Coaching como un Proceso, en el  que el factor tiempo es importante ; un proceso en el tiempo para preparar el terreno fértil en el que los frutos van a estar.

Por ello no sólo se trata de mirar al futuro sino de diseñar desde el presente cómo preparanos, qué aspecto de nosotros vamos a necesitar revisar para alcanzar, cuando estemos maduros, ese resultado deseado.

El Coaching es , para mí, maravillosamente poderoso porque nos enfrenta tanto a lo que nos gusta como lo que no nos gusta de nosotros mismos y nos ayuda a orientarnos hacia donde con honestidad visceral queremos ir.