Hacia una mirada diferente de la empresa familiar

Dra. María de los Ángeles Lucero Bringas

En las ediciones anteriores presentamos el poder generativo del lenguaje y el coaching como un proceso de aprendizaje capaz de ampliar nuestras fronteras de acción, desde un rol protagónico, transformando el tipo de observador que somos.

Pensemos con cuantas etiquetas acarrea la empresa familiar. Me atrevo a afirmar que tiene sus “propios modelos mentales”. Esos supuestos que están profundamente arraigados en nuestras mentes que influyen en nuestra manera de ver el mundo y actuar. En este caso en particular, cómo vemos la empresa familiar y cómo actuamos frente a ella.

Cuantas etiquetas existen con respecto a los parientes políticos, las nuevas generaciones, el fundador, los nuevos llíderes, por sólo mencionar algunos.

El coaching es un proceso reflexivo que invita a cambiar la manera de ver las cosas con el fin de lograr acciones diferentes y por ende resultados distintos.

Tal como decía Einstein, en una frase que hoy se ha hecho muy popular:

“pretender resultados diferentes con las mismas acciones”.

Por lo general nos reducimos a querer modificar los resultados desde la acción, intentando hacer “algo distinto”  pero obteniendo los mismos resultados.

La pregunta que debemos hacernos aquí, es: ¿cómo cambiar la acción?, y, considero que, la respuesta desde el coaching es “a través de un cambio de observador que me posibilite una mirada diferente, que modifique mi juicio sobre los hechos y que me lleve a una posición diferente a través de la cual pueda actuar en consecuencia a las nuevas posibilidades que veo

Considero que esta herramienta puede ser muy poderosa y de gran valor en las organizaciones familiares para la construcción de una visión compartida, para comprender mejor la posición del otro, para reflexionar acerca de las necesidades, de lo que cada integrante en su rol desea para su presente y futuro, para que cada uno desde su lugar pueda hacerse cargo de su historia, del papel que le toca, de hacerse responsable de la situación que se está atravesando, y de su relación frente a la empresa y la familia.

Desde el enfoque sistémico que aplicamos a las empresas de familia  cuán valiosos serán los cambios de observadores que abran a nuevas posibilidades de acción y expansión tanto para la empresa como para la familia empresaria.

Como van a impactar la calidad de conversaciones en la empresa familiar, los diálogos en la familia y en la empresa considerándolos desde un punto de vista generativo.

Es empezar a mirar con distintos ojos, tomando una postura protagónica en el proceso de transformación y haciéndose responsable de lo que le sucede a esta organización familiar en que se está inmerso. Considerando que una pequeña modificación en una parte del sistema actuará como una onda expansiva sobre el resto,  como  cuando tiramos una pequeña piedrita en un extenso lago. Cuán valioso puede ser, en un grupo de personas transitar esta nueva concepción del aprendizaje.

Siguiendo a  Peter Senge, cuán productivo podrá ser  el aprendizaje en equipo en una organización, si pensamos en comenzar con la interrupción de los supuestos, para ingresar al campo de los pensamientos conjuntos, lo cual permitiría al grupo llegar a otro nivel de percepciones que individualmente no les sería posible.

 

Para que el aprendizaje sea posible, es necesario aprender a ver los procesos  para lo cual es necesario aminorar nuestro ritmo acelerado y ser mejores observadores ya no desde lo que se ve en la capa o en lo superficial, sino también aquello que se encuentra en las profundidades, aquello que parece imperceptible, pero que si prestamos la suficiente atención podremos ver.

Dadas las características propias de la empresa familiar por la complejidad sistémica que presenta la convivencia del binomio empresa-familia,  considero que el coaching ontológico puede ser una herramienta importante para abrir nuevas posibilidades de acción tanto en la familia como en la empresa y por ende en sus vínculos, como un proceso continuo de aprendizaje a través del cambio responsable del observador, promoviendo acciones de expansión diferentes. Cuando hablo de responsabilidad me refiero a asumir un rol protagónico, asumiendo que el poder está en «mis posibilidades, en mis competencias», y no desde un rol de víctima, el cual genera impotencia y cierra cualquier posibilidad de acción, desde un rol víctima la responsabilidad siempre estará en el afuera.

Este cambio de mirada en la empresa familiar puede contribuir al logro de los fines últimos de la familia empresaria, la tan preciada continuidad y armonía vincular.